Flojera en Política Territorial

Nada mejor que un poder incompetente al frente de la consejería del territorio para declarar la guerra fronteriza a las Islas Azores. Cuando resulta que todos los intérpretes se ponen de acuerdo para resolver un problema en la GC-1, a la altura del barranco de El Lechugal, problema que por implicar a tantos se convierte en asunto político, aparece el maestro Rafael Castellano y su Sancho Panza, Jesús Luna, para entender en cuestiones que no son ni siquiera de su competencia y para echar una bomba de mano a lo urdido por tanta gente y con tan buena voluntad. Esta tierra, que ha visto tanta chapuza desde el derribo del hotel Dunas -operación con la que se fabricaron fortunas tremendas hasta nuestros días- al parecer no puede aceptar un convenio que llega sin chispa de golfería. Y es que un político está para discernir y no para abroncar. Menos mal que mister Powell no se asesora a través del señor Castellano o del señor Luna, porque a lo peor incluyen la zona en el eje del mal. Por cierto, que ese convenio -del que ya les estamos dando cuenta en esta misma edición- debe tener algo ruín y deseamos que alguien, por ejemplo algún lector, nos lo diga.