Franquis da órdenes de rebajar la confrontación

La llegada de Chano Franquis al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha contribuido, sin duda, a acabar con algunos de los vicios adquiridos en el primer tramo de mandato por algunos concejales y concejalas de la mayoría de gobierno de Las Palmas de Gran Canaria. Franquis encabezó la tercera remodelación del alcalde Saavedra, que se abrazó a un viejo conocedor de las entrañas del hotel de los líos, pero que acumula en su palmarés unos nutridos y sonoros fracasos ante el cuerpo electoral. No sabemos a ciencia cierta si Saavedra lo eligió por esta nada gloriosa experiencia o si lo hizo para fortalecerse ante la Agrupación Local socialista de Las Palmas de Gran Canaria, de la que Franquis es secretario general perenne. Pero el caso es que el director de gobierno de Presidencia se ha hecho con el mando con la instrucción de pacificarlo todo, para lo cual ha incluido la parte del manual consistente en bajarse los pantalones ante todos los que protesten, sean guagueros, socios díscolos, vecinos de cualquier barrio o funcionarios al borde de la sedición. Y a Dumpiérrez le han tocado algunas de esas bajadas de pantalones.