Grabaciones y extraños soplos

Fuentes conocedoras de la declaración prestada el martes por Felipe Hernández ante el juez que instruye el caso Telaraña han asegurado que el ex dirigente socialista estaba indignado, que desde el primer momento pidió al juez que le concretase qué cargos y por qué hechos se encontraba allí declarando como imputado, condición que le impuso la Guardia Civil cuando en una primera fase de las investigaciones lo llamó a declarar. Hernández pidió en ese mismo acto a través de su abogado el sobreseimiento libre de la parte del sumario que le afecta, lo que, de producirse, afectaría al resto de la denuncia interpuesta contra él y contra Casimiro Curbelo por Antonio Pérez, el cirujano. En su declaración ante el juez, Felipe Hernández relató varios episodios de sus relaciones con ese amigo de La Palma y de la juventud que a su juicio terminó engañándole y estafándole, y al que acusó de hacer un montaje con la grabación que presentó como prueba de cargo. Por ejemplo, explicó cómo a los pocos días de comprar la pieza de suelo conocida como El Machal mediante un documento privado y dos escrituras públicas, recibe una llamada telefónica del abogado José Luis Luengo interesándose por esa propiedad en nombre de un cliente, Antonio Plasencia. Nadie más que el denunciante podía conocer con tanta precisión lo que el abogado, que lo ha ratificado todo ante el juez, sabía de una operación que ha dado lugar a una de las piezas de esta investigación de la telaraña. Felipe Hernández estudia en qué momento procesal ha de querellarse por denuncia falsa y por calumnias contra el que fuera su amigo de la infancia y de su barrio, el cirujano Pérez.