Iberia: contratiempos en cadena

Ya que estamos en el aire, más. No dejamos de recibir cariñosas quejas acerca del funcionamiento de la que fuera compañía española de bandera, Iberia, y olé. No sabemos si es porque retiraron el papeo, porque pierde dinero a espuertas o porque son así (teoría más extendida), pero el caso es que se lleva la palma en cuanto a la narración concatenada de contratiempos que nos acercan nuestros lectores. O sea, cabreos. El penúltimo nos llega de una ciudadana que pretendió acercarse a ver a su familia en Bilbao en el puente del Primero de Mayo. Su vuelo debió haber salido sobre las tres de la tarde del viernes 30 de abril hacia Madrid, y allí enlazar con Bilbao para llegar a esa ciudad a eso de las once de la noche. Ya era tute, ya, pero el que se comió fue peor. Poco más de media hora antes del embarque, anunciaron en Gando un retraso por avería y finalmente cancelaron el vuelo a Madrid, con la única solución para los pasajeros de ofrecerles un hotel y una cena para tomar el mismo avión, ya arreglado, a las cuatro de la mañana. Ni hablar del peluquín, dijeron algunos, que consiguieron irse en un Spanair después de cambiar la hora de enlace de sus vuelos de Barajas. Hubo más complicaciones.