Joyitas que recobran protagonismo

Como les venimos anunciando, el traca-traca de la conspiranoica anda activado y girando como loco. En la errónea creencia de que el juicio por el caso Eolo se verá antes de las elecciones (cosa altamente improbable precisamente gracias a la estrategia obstruccionista de algunas de las defensas) uno de los imputados en la cosa, en comandita con otro que escapó por los pelos, ha puesto en marcha un grotesco ventilador que, en lugar de despedir pestilencias hacia adelante, las expele hacia atrás. El prestigiosísimo abogado canario-madrileño Alfredo Briganty Arencibia ha decidido que a él lo tienen que dejar fuera del juicio con jurado que se avecina en la Audiencia Provincial de Las Palmas, y con la ayuda del bombero pirómano Jesús González Martín, ex directivo de La Caja, ha difundido unos anónimos muy bien identificados con los que ha tratado de implicar al instructor de la causa, Miguel Ángel Parramón, en una suerte de contaminación similar a la que otros (¿o eran los mismos?) trataron de ejecutar con ocasión del juicio contra el ex magistrado José Antonio Martín.