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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Coalición advierte al PSOE: Primero, nuestros corruptos

Juan Francisco Rosa, promotor de la bodega Stratvs / Foto: De la Cruz.

Son unos corruptos, pero son nuestros corruptos. José Manuel Bermúdez solo ejecutaba órdenes de la superioridad cuando esquivó el pacto con el PSOE en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Los concejales socialistas fueron leales durante todo el mandato anterior, cumplieron con sus compromisos y se quemaron electoralmente junto a Coalición Canaria hasta alcanzar unos resultados insuficientes para repetir con una mayoría holgada. Bermúdez, además, nunca fue preso de las herencias de Miguel Zerolo ni de las componendas urbanísticas que hicieron saltar por los aires la credibilidad de la institución en asuntos tan sonados como Las Teresitas o el Plan General. Pero el alcalde tenía unas instrucciones claras de la superioridad y de los viejos chamanes de ATI: son nuestros corruptos, José Manuel, y tenemos que salvarlos. Salvarlos equivale a retorcer al máximo la sentencia del Mamotreto, intentar evitar por todos los medios que Manuel Parejo y los demás condenados ingresen en prisión; preparar convenientemente el juicio de Las Teresitas para que, en el peor de los casos, todo acabe en una tremenda componenda de todos los partidos políticos con presencia en el Ayuntamiento. Extender tinta de calamar de norte a sur para minimizar los daños. No, el PSOE no es un buen compañero de viaje cuando de lo que se trata es de tapar la corrupción, y así quedó demostrado en este último mandato en el comportamiento del concejal de Urbanismo, José Ángel Martín, que ahora muerde el polvo de la oposición confiando ingenuamente en que ATI le devuelva el mando si su compañero Javier Abreu pacta con CC en La Laguna y hace alcalde a José Alberto Díaz. No es un problema de sumas o de restas, ni de gobernar holgadamente o con una mayoría ajustada que obligue a pactar los grandes asuntos del Ayuntamiento: se trata de tener como socio a un partido dócil que mire para otro lado cuando se le pide y que se olvide de esas zarandajas de la regeneración política tan cacareada en la campaña electoral.

Resignación en Tenerife

Tapar corruptos y tapar escándalos de corrupción, de eso se trata. Nadie da un duro en Tenerife por una reconducción del pacto en Santa Cruz, ni haciendo alcalde de La Laguna a José Alberto Martín ni regalándole a Manuel Hermoso el brazo incorrupto de Secundino Delgado. Por eso este lunes ni se habló de Santa Cruz en la mesa de seguimiento del pacto regional, convocada a petición de no se sabe muy bien quien para resolver asuntos que, teóricamente, nada tendrían que ver con el gobierno de la autonomía, cuyo pacto está cerrado. ¿O no? Los congregados hablaron del Cabildo de Tenerife, hablaron de La Laguna y hablaron del Cabildo de Lanzarote, por ese orden de importancia de mayor a menor. Los socialistas en el Cabildo tinerfeño parecen haberse resignado a las migajas que les ofrece Carlos Alonso, la gestión de las basuras, para ser más precisos, en un gesto de desprecio a la dignidad del PSOE que nadie hasta ahora ha respondido con la contundencia debida. La resignación, de la que solo se ha desmarcado el número uno del PSOE en la Corporación, Aurelio Abreu, puede tener más que ver con un gesto acomodaticio de resignación que con una táctica –que hasta sería inteligente- de agacharse en el Cabildo para cobrarle todas las facturas juntas a CC en La Laguna. Pero no. Nadie defiende la dignidad del PSOE seguramente porque no se cotiza lo suficiente. Exceptuando a Javier Abreu, claro está, que se mantiene firme en la Aldea Gala esperando a que las presiones de Coalición alcancen al Gobierno regional, amenaza que no es descartable estando ante las perturbaciones que estamos. Sería todo un escándalo que por un incumplimiento del PSOE, La Laguna, frente a una docena de CC (Santa Cruz, Puerto de la Cruz, Tuineje, Cabildo de Lanzarote, Cabildo de Tenerife, La Guancha. Granadilla, Arico…) termine Ana Oramas llamando a Pedro Sánchez para avisarle de que el PSOE se queda fuera del pacto regional y que no cuente en noviembre con los votos de los nacionalistas canarios. El espectáculo de un 30 a 30 en el Parlamento, con los tres votos de Casimiro Curbelo convertidos en decisivos, tendrá más impacto que un UD-Real Madrid (dicho sea sin animus mortificandi).

Otra sacudida en Lanzarote

La misma filosofía de protección a la Cosa Nostra de Coalición Canaria es la que ha llevado a su primera crisis al pacto entre nacionalistas y socialistas en el Cabildo de Lanzarote. La intempestiva destitución el pasado viernes del jefe de la oficina del Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOT), Leopoldo Díaz, por parte del presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, no es más que otra demostración del poder que ejerce sobre muchos políticos e instituciones de la isla el empresario Juan Francisco Rosa. Polo Díaz, como se le conoce en Lanzarote, es un funcionario del Cabildo con una trayectoria intachable de más de 25 años, que hace más de diez tuvo que desvincularse del patronato de la Fundación César Manrique para que la mafia (empresarial, política y mediática) no siguiera vinculando a esa organización con sus dictámenes profesionales. Estos últimos tres años ha ejercido como secretario del Ayuntamiento de Arrecife a las órdenes de un alcalde nacionalista, Manuel Fajardo Feo, que se ha deshecho en elogios por su trabajo y su profesionalidad echando por tierra todas las insidias vertidas contra Polo Díaz y supuestas vinculaciones con el Partido Socialista. Y es ahí donde nos volvemos a tropezar con la bicha: al PSOE había correspondido en este mandato recién estrenado la consejería de Política Territorial, pero unos días antes de que aceptara esa delegación, el presidente del Cabildo destituyó a Polo Díaz como director de la oficina del PIOT y enviándolo a la plaza que como habilitado nacional tiene en propiedad. Un desplante en toda regla al que el PSOE parece haber respondido con más dignidad que la demostrada en Tenerife. San Ginés ha alegado pérdida de confianza en el técnico municipal, cuando de fondo parece subyacer el capricho del empresario Juan Francisco Rosa y el resto de mafia conejera por sacar de circulación al funcionario que informó contra los hoteles ilegales y contra la bodega Stratvs, entre otros atrevimientos. Y que remató su actuación con un informe negativo sobre el Plan Especial de La Geria que nadie ha conseguido leer pero que parece haber cabreado mucho a los poderes ocultos y no tan ocultos de Lanzarote.

Duras peticiones de cárcel

El destino ha querido que el conflicto abierto por Juan Francisco Rosa en el Cabildo de Lanzarote haya coincidido con el escrito de calificación del fiscal Javier Ródenas sobre la pieza 12 del caso Unión, una de las más importantes de esa trama de corrupción que acusados, políticos y periodistas sobornados han tratado de reducir a una pataleta del ex ministro de justicia socialista Juan Fernando López Aguilar. En el durísimo escrito del fiscal se relata un comportamiento verdaderamente mafioso que aconsejaría a quien todavía se dedica a ser correa de transmisión de este y otros empresarios a alejarse convenientemente de ellos para no verse salpicado, tanto por acción como por omisión. De Rosa, el representante del Ministerio Público relata cómo supuestamente tenía en nómina a Dimas Martín para que le ayudara a regularizar sus hoteles ilegales, con lo que volvemos a tropezarnos con los socialistas y con el referido funcionario Leopoldo Díaz. Porque todos los males comenzaron cuando un consejero socialista de Política Territorial, de nombre Carlos Espino, se empeñó en denunciar las flagrantes ilegalidades urbanísticas que habían proliferado en Lanzarote tras la muerte de César Manrique, erigido en gendarme del medio ambiente y del buen gusto. Espino calzó por tirios y troyanos apoyado por demoledores informes técnicos y terminó denunciando intentos de sobornos ante la Guardia Civil. Su carrera política concluyó exactamente ahí: Rosa y la mafia lanzaroteña consiguieron convencer al PSOE de que así no iba a ninguna parte, y el PSOE mandó a Espino a las catacumbas. Cierto es que las ilegalidades siguen ahí y que los socialistas no se han comportado de momento como cómplices de su olvido, que es lo que en determinados ambientes se pretende. Veremos cuánto dura el pulso.

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