Juan Martel, tocado

La detención de Toñi Torres no sólo tiene consecuencias políticas para su partido, el PP, que pasará, si nada lo remedia, de una situación muy ventajosa en 2003 a una debacle en 2007. También queda nuevamente en entredicho el pacto de Gobierno en la ciudad de Telde, si bien es cierto que la ausencia de la concejala detenida no quiebra la mayoría para gobernar. Pero las presiones sobre los socios del PP y de éstos sobre el partido que lidera Torres, son cada vez más evidentes: se estudia con seriedad un cambio de rumbo radical que convenza a los vecinos de que es posible terminar la legislatura con un gobierno municipal creíble. Para eso es necesario que Juan Martel, del CCN, acepte las sugerencias de sus superiores, que Guadalupe López vea cumplido su sueño de mandar al PP a hacer puñetas, y que todos -incluidos el PSOE y Marcelino Galindo- acepten a Paco Santiago de nuevo como alcalde. En eso están muchos.