Larry no llama

Larry Álvarez, que tiene muy pocos arrestos para ejercer eso que él cree que es política sin coaccionar y sin extorsionar, anda perdido desde el domingo. En algunos medios de comunicación incluso empiezan a tener mono de él. Dicen que es tal el grado de depresión que le inunda, que no atina ni a marcar el número de teléfono de Televisión Española en Canarias, donde a falta de indicaciones mejores, siguen con la resaca como si nada hubiera pasado. Desde Madrid recibe indicaciones, pero a excepción de la burrada que le ha hecho a la Ser, no se le ocurre ninguna genialidad para tratar de transmitir que sigue teniendo poder en el PP canario. El panorama que se le presenta es desolador porque, aunque es torpe como un tronco, sabe perfectamente que sin TVE, sin Televisión Canaria, sin RNE y con Canarias7 cambiando de rumbo, va a estar más perdido que el barco del arroz. Es durita la vida cuando lo único que se tiene es mal talante.