Mayoral los pone en su sitio

Callado la boca, sin hacer más ruido del preciso, el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Emilio Mayoral, ya ha conseguido cambiar algunas insanas costumbres que venían imperando en el principal recinto portuario de Canarias. No ha dado un puñetazo sobre la mesa, ni una conferencia de prensa para anunciar al mundo que él y sólo él es el macho de las cañadas. Le han bastado un par de reuniones, una petición de informes jurídicos y económicos y un par de atentísimas cartas para que los que se creían los reyes del mambo hayan empezado a tentarse las ropas. El otro día puso en posición de firmes al número 10 del equipo, al que hasta ahora llegaba cada mañana con el balón debajo del brazo a marcar las reglas del juego. Como aquel histórico número 10 de la UD, el empresario del que le hablamos ha rebajado sustancialmente sus pretensiones y se ha plegado a la autoridad (portuaria por más señas) en asuntos tan estratégicos como la deuda de Sestiba y el recargo a los contenedores que entran en La Luz. Ya se había tragado la pérdida que le otorgaba los movimientos de la inercia, aunque por ser el menos malo le hayan dado la reconversión de la chatarra. Pero, sin que tengamos nada contra ese número 10, es bueno verlo en su sitio, ganando dinero, que es su obligación, pero sin más pretensiones. Nos alegramos.