Mentir en el Parlamento y en el juzgado

Demasiados frentes para dos hermanos solos. José Manuel Soria ha de recurrir a otras estratagemas para distraer la atención y esquivar la corrupción que le acorrala. Lleva un par de semanitas para olvidar y ya ni reacciona con la esquizofrenia de antaño. Repite como un autómata eso de lo casual que le parece que detengan a tantos cargos públicos del PP, lo que, en lugar de conducirle a una autocrítica, atribuye a una persecución. Demasiados jueces, fiscales y brigadas de la Policía como para que todos estén confabulados contra él y su partido. Mientras se anima a reconocer que preside un PP corrompido, se constata que él y su hermano mintieron en sede parlamentaria con descaro y alevosía. Y, para colmo, que el menor de los dos, Luis, mintió también ante el juez Parramón con lo de su viaje a Alemania y el fortuito encuentro con los hermanos Esquível en la base de un poste a cuyo extremo superior batía el aire una megaturbina de Enercon. Abogados y funcionarios son testigos de las mentiras. Y la ley les obliga a actuar. A ver qué dicen las conclusiones parlamentarias a remitir a la Fiscalía.