Misses y carrozas de Carnaval

El proyecto, que tiene encandilado a Arnáiz, contiene algunos datos gloriosos, como una estructura de personal en la que aparecen diez personas entre camareros, dependientes y auxiliares de caja, frente a dos personas para el mantenimiento de tantos barcos. Por no relatarles pormenorizadamente las acciones promocionales de estos presuntos museos navales, que van desde la elección entre las clientas de Miss Primer Oficial y Miss Capitán de Fragata, hasta la construcción de una carroza de carnaval. En el apartado de “optimización de activos del Museo Naval”, los promotores han pensado en genialidades como despedidas de solteros. Por cierto, muy buena y documentada la alegación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, que ha pedido que al invento se le llame bar de copas y no museo. Y muy obscena la llamada que ha recibido su presidente para que retire tal alegación para la buena marcha del negocio. Ya nos entienden, ¿verdad?