¡Ñió, un fiscal!

Media España se ha quedado boquiabierta con la meteórica actuación del fiscal jefe de Andalucía, que ha actuado expeditivamente en el asunto de Marbella como si se le fuera la vida en ello y tras ver el asunto en un programa televisivo del corazón y el cotilleo. Creíamos por estos lares que era imposible una reacción así, es decir, que con la simple audición y visión de una riña televisiva en la que dos personas se acusan de cosas gordas, pueda saltar un fiscal como un resorte. Exactamente lo contrario que ocurre en Canarias desde tiempos inmemoriales. Aquí hemos escuchado y leído de todo, desde pajes y paredes que se confiesan hombres del maletín hasta acusaciones del más variado pelaje, hemos visto hasta burros volando. Y de momento, y sin que hayamos perdido las esperanzas del todo, jamás ha actuado de oficio la Fiscalía. Es más, en ocasiones en que ha habido denuncias ante ese órgano jurisdiccional por escándalos políticos, ha procedido a su archivo en casi todos los casos. A ver si ahora que tenemos nuevo fiscal jefe la cosa cambia.