Preocupación en el entorno saavedrista

Cunde la preocupación en determinados ambientes dirigentes del socialismo canario ante el cariz que están tomando ciertos acontecimientos dentro del equipo de gobierno de Las Palmas de Gran Canaria. La inveterada costumbre del alcalde, Jerónimo Saavedra, de dejar hacer, de asentir al modo il dolce far niente, vuelve a ser interpretado en clave de todo vale por esa especie endémica de la política canaria que aparece alrededor del poder para echar a perder los esfuerzos electorales a los que se lo han currado años y años. El bando que se dice ganador del impúdico y suicida pulso interno trata de sacar pecho con peregrinas iniciativas públicas (algunas remedadas sin recato de Ruíz Gallardón) para que se vea su poder. Justo lo peor que le puede pasar al alcalde para que regrese a la memoria histórica el palacete de San Bernardo. Si es que no aprenden.