“Querido colega presidente”

Estaba, como decíamos, Suárez Gil, que comenzó escuchando a Tony Rivero de espaldas, hasta que el propio presidente empresarial pidió expresamente al “querido colega presidente de la Cámara de Las Palmas” (deferencia correspondida con un sonoro aplauso por la concurrencia) que se volviera hacia él para que escuchara mejor sus palabras. El líder plateado se giró tímidamente hasta un forzado escorzo desde el que siguió el discurso. Un discurso largo, pelotero, que llevó a más de uno a preguntarse qué fue de aquel chico “que era de Román”, si bien hubo quien, tratando de encontrar la piedra filosofal, apostó por una malvada estrategia mauriciana según la cuál Rivero es gafe, y como buen gafe, tiene el encargo de hablar bien de Soria, que ya está en capilla aunque ni lo sepa ni lo aparente. Lo mismo que con Olarte, al que también le alegró el oído y con el que se fundió en un sonoro abrazo una vez acabó el show. Olarte amenaza con volver a apoyar a CC y eso es un peligro. Incluso para Mauricio.