Siempre con la lengua fuera

El documento no tiene vuelta de hoja: la UD Las Palmas acepta la intermediación de La Caja para que ésta pague en efectivo al Salamanca los pagarés que ese club poseía y que, por ser deuda viva, tenían a los amarillos bloqueados en la Federación de Fútbol. El equipo charro había rechazado previamente una oferta de Las Palmas segun la cual un importante empresario se comprometía a abonar cien kilos en efectivo y aportar un aval por el resto. Querían dinerito contante y sonante, y La Caja se ofreció a aportarlo. Así que cuando los consejeros Rafael León y Nicolás Ortega pidieron agua por señas, ante la eventualidad de no poder inscribir a los futbolistas en el plazo establecido, la entidad de crédito puso sus condiciones sobre la mesa: pagar la deuda del Universidad a cambio. Una deuda, por cierto, asumida por la UD cuando el equipo estudiantil se convirtió en filial, para lo que aportó como garantía a los jugadores Ángel y Rubén. Sin embargo, la UD vende a Ángel al Celta en una operación de la que sabe mucho Sabino López y de la que surgen los famosos pagarés hasta ahora custodiados por el Salamanca.