Sobra media plantilla del matadero

Cuando Soria endilgó el matadero insular manu militari a una empresa privada sabía lo que hacía, que aquello era ruinoso y que lo iba a ser mucho más en el futuro. Pero había que quitarle el muerto a Kalise, empresa a la que se entregaba la central lechera (Sialsa) limpita de polvo y paja y con un suelo muy goloso en la zona de ampliación de la ciudad por Tamaraceite. Las cosas no han podido salir peor tanto para Sialsa como para el matadero, desgajado de aquella por decisión soriana. Y a las pruebas nos remitimos. Los trabajadores de Sialsa presionan para que el Cabildo se haga cargo de ellos, aún cuando la Justicia no les ha dado la razón. Y los del matadero plantean incluso una huelga sin ni siquiera sentarse a negociar y plantear un catálogo de reclamaciones. Saben que están en una situación delicada porque la Corporación rescató esa concesión por tratarse de un servicio público de obligado cumplimiento, aún cuando la actividad ha descendido tanto que sobra la mitad de la plantilla. La queja de los trabajadores arranca por una reducción de salarios de un 1%, cuatro puntos por debajo de la media que ha afectado a toda la función pública. Otro regalito de la gestión de Soria que explota en las instituciones sólo cinco años después de sus gracietas.