Soria, fortalecido por La Nuestra

El cuadro fue absolutamente revelador: varios directores y directivos de medios y productoras rodeando a José Manuel Soria, sonriéndole, dándole palmadas en la espalda, haciéndole recuperar la confianza en sí mismo. El vicepresidente mostraba de nuevo su lado más diplomático, sin hablar de nada en concreto, porque de nada en concreto se le hablaba. Un metro y poco más allá, el presidente del Gobierno terminaba su breve conversación con Willy García y se quedaba literalmente colgado, sin nadie a su alrededor esperando la vez. Así que vio el corrillo que se agrupaba en torno a su vicepresidente y se sumó a él, como un guardiamarina más. Ocurrió el viernes en Presidencia de Las Palmas, cuando se consumó el cambio de modelo televisivo y el personal comprendió que Soria va a tener la batuta de una televisión que nunca quiso, que siempre denostó y quiso cerrar, y que ahora, gracias a los pactos con ATI, será prácticamente suya.