¿Soria de rositas?

Pero no solamente hay que mirar para Mauricio para agradecerle este tamaño de disparate, sino también para José Manuel Soria. No es de recibo que el presidente del PP se haya lavado las manos ante los empresarios diciendo que no puede hacer nada, que los pactos entre Arenas y el camarada le superan y que él, como Pilatos, se lava las manos. Más o menos lo mismo que ha comentado a los empresarios el consejero responsable de nombrar a los directivos del Puerto, el incombustible Antonio Castro Cordobez. No hay que olvidar que Soria y el PP llevan gobernando en Canarias, en comandita con CC, desde hace unos cuantos años; que el mismísimo presidente del Cabildo ha sido miembro del consejo de administración de la Autoridad Portuaria y que desde ese puesto y desde la Alcaldía ha contribuido a las mismas cosas que ahora trata de deshacer dejando a Mauricio con las manos libres. Un Mauricio, por cierto, que por primera vez en su vida política ocupa un cargo público del que puede ser destituido por el presidente. Especialmente, entendemos, si no cumple con los parámetros exigibles de “honestidad y transparencie” necesarios para alcanzar la felicidad.