Suárez Gil 'onlay'

Malos tiempos para la cacería del zorro. Pero sólo en el Reino Unido. Otra cosa es que el animalito de dios corra como una cabra dislocada y se dé cabezazos contra las paredes, incluidas las de cristal. Han prohibido los ingleses, con su flema y tal, perseguirlos hasta darles muerte, tanto a caballo como a pie, con perros o con escopetas. Aquí no, aquí de momento seguimos disfrutando de la posibilidad de observar cómo el magnífico ejemplar corretea alegremente por las verdes praderas grancanarias, otea el horizonte, observa cómo se agita en la maleza un conejo ajeno a la audacia del zorro y se lanza con esa felina agilidad deseando poder ser inmortalizado para la posteridad, que para eso estamos nosotros. Nuestro zorro es ejemplar casi moderno que además de otear el horizonte lee periódicos onlay, como ha dejado dicho en memorables declaraciones a Radio Atlántico.