Sueldos y listas en La Caja

Muy curiosas las percepciones que emanan de la quinta planta de la Caja Insular de Ahorros de Canarias alrededor de un fenómeno socioeconómico llamado “sueldo”. Si se trata del sueldo de los trabajadores de la entidad, a los que el poder actual trata con muy poquito respeto, nos encontramos ante cantidades desmesuradas. Para demostrarlo, la dirección ha tenido la gentileza de compararlo no sólo con los de otras entidades de ahorro, sino también con el convenio nacional de oficinas y limpieza. Vaya por Dios. Pero si el sueldo a analizar es el de los directivos de La Caja, la cosa cambia radicalmente: ganan poco y, por ello, hay que elevarlos exactamente al doble. Son los extraños fenómenos que se perciben en una Caja que con una mano aprieta a los trabajadores hasta límites denunciables (según ellos mismos) y con la otra afloja tamaña talegada para los jefazos. Por cierto, hay quien dice dentro de la entidad que de lo que se trata es de garantizar un buen pellizco a la hora de la liquidación por fin de existencias. También llamado despido por finalización de mandato.