Telefoneando, telefoneando

Dicen las malas lenguas que el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Manuel Soria, casi agota la batería de su móvil (el que le paga el Cabildo, o sea, todos nosotros) telefoneando a varios empresarios y personas de opinión influyente para contarles que José Francisco Henríquez continúa imputado en la trama eólica. Lo hizo este miércoles minutos después de que acabara la segunda comparecencia del presidente de este periódico ante el magistrado Parramón. Con una mano cogía Soria el teléfono mientras que la otra iba y venía a su boca para morder con fruición las pocas uñas que le quedan enteras. Un día llegará a los codos y va a pedir la baja, ya verán. Ha sido, esta de contar su versión de lo que es una imputación (y lo de las uñas también), la táctica seguida por este monstruo de la agitación y la propaganda para tratar de sacudirse de encima sus propias responsabilidades en el asunto. Sabe que a cada día que pasa se agota su crédito, porque mientras se acercan las resoluciones finales del juez instructor, crecen las posibilidades de que los imputados sean otros. Y no precisamente del PSOE.