Algunos ajustes de cuentas pendientes

El Partido Provinciano del Pullover al cuello (PPP) no es muy amigo de esas aglomeraciones de jóvenes que se entregan a la música y a la diversión. Cuando Soria se cargó el Womad en Las Canteras lo hizo ante las quejas de los vecinos, que no querían soportar dos noches de música en ese lugar turísticamente tan emblemático. Claro que luego vino Costas detrás y el invento se chafó del todo. De Pepa Luzardo tenemos dos jugosas anécdotas que ilustran a la perfección el concepto y las intencionalidades. A poco de llegar a la concejalía de Cultura, una persona de su máxima confianza en el departamento de Prensa y Propaganda contactó con el promotor Roberto Gutiérrez, director de Maldito Rodríguez, para que produjera un concierto de música electrónica al estilo del Sonar barcelonés. Gutiérrez montó entonces Brahma, un festival con tres escenarios en el entorno del edificio Miller, del parque de Santa Catalina. Aquello se llenó de gente pero la concejala se alarmó y envió a una de las periodistas del gabinete de prensa a hablar con el productor: “Oye, Roberto, que dice Pepa que esto está lleno de chandaleros”. Gutiérrez, que por entonces llevaba pocos meses viviendo en la ciudad, le contestó con un aspaviento: “Pues dile a Pepa que supongo yo que estarían aquí de antes”. El cabreo de Luzardo ante ese desplante fue de tal tamaño que tuvo que acercarse a Gutiérrez un alto cargo municipal a reclamarle que fuera a pedirle disculpas. El productor no lo hizo y estuvo ocho años sin contratar nada con el Ayuntamiento.