Cuando las barbas de Murdoch veas cortar

Uf. Suena especialmente repugnante lo que está ocurriendo en el Reino Unido con uno de los periódicos del magnate de la prensa Rupert Murdoch. El caso del News of The World (NoW) ha reabierto el debate sobre los límites del periodismo, cuya industria atraviesa uno de sus peores momentos -de manera muy especial en España- con motivo de la crisis y la consiguiente caída de la inversión publicitaria. Intervenir comunicaciones telefónicas y de correos electrónicos para acceder a información íntima y reservada de las personas espiadas constituye no sólo un delito duramente penado, sino también una gravísima transgresión de las más elementales normas del periodismo. Murdoch ha cortado por lo sano y ha anunciado que el NoW dejará de publicarse a partir de este domingo, una decisión que puede ser interpretada como ejemplarizante, pero que pagarán todos los trabajadores del diario, los culpables y los inocentes, los conocedores de las artimañas de sus directivos y los que las ignoraban. Sin embargo, falta por saber si, del director hacia arriba, del director hacia los órganos ejecutivos del imperio mediático, nadie sabía nada de lo que se estaba haciendo allí. Pero, ¿podría estar ocurriendo algo parecido en España? ¿Y en Canarias? Veamos.