Que los calme el árbitro

Juan José Cardona no recibió ayer a los vecinos de Las Chumberas a pesar de encontrarse en ese momento en las oficinas municipales. Eran muchos y venían cabreados, debió pensar, así que para aplacar los ánimos mejor mandar a un árbitro federado, el conciliador Ángel Sabroso, que cuando tiene un buen día es capaz de dormir a un león. Y parece que lo consiguió por el clásico sistema de reducir al máximo la representación vecinal para que, hoy mismo, se celebre una reunión con una comisión formada por solo cuatro vecinos de los casi setenta afectados. El diálogo que hasta ahora había brillado por su ausencia asoma por la vía de un acuerdo que permita afrontar la reparación del edificio mediante la fórmula alemana pero al revés: en vez de los particulares adelantando los dineros a las administraciones públicas, el Ayuntamiento corriendo con los costes de la reparación y luego pasando la correspondiente factura a los vecinos para que la paguen poco a poco. No tenemos claro si esta “línea de crédito” será a interés cero o si el PP aplicará la máxima de los mercados y se irá al 8% con que el FROB prestará esos 100.000 millones a la banca española.