Cada casa, un templo ambiental

Al Gore hablaba, según dijo, conocedor de algunos detalles importantes de las posibilidades ambientales de Canarias, de su economía dinámica, de la concienciación que existe (nos podemos imaginar cómo debe andar de mal el resto del mundo). Y por eso se puso “a imaginar” y sin querer hasta propuso que las casas terminen por tener en sus azoteas verdaderas centrales de generación energética alternativa, con plantas fotovoltaicas y molinos de viento, con sistemas de autoalmacenaje eléctrico y todo ello con una ley que permita a cada comunidad de propietarios vender la energía sobrante a las operadoras eléctricas. Si Pepe Setién lo llega a escuchar antes no obliga a poner tejado de pizarra en Las Canteras y en Guanarteme (para aprovechar la nieve, entendemos que fue la intención).