Una comisión que rompe aguas

Por fin, y aunque parezca cosa increíble, la comisión de evaluación de méritos de los funcionarios de la Comunidad Autónoma de Canarias, constituida a raíz de las numerosas denuncias y sentencias sobre oposiciones, ya ha roto aguas. O sea, ya hay listas con las adjudicaciones definitivas. Como saben especialmente las personas relacionadas con la función pública, el concurso de méritos de 2000 fue recurrido por unos cuantos funcionarios a los que la Sala de lo Contencioso les dio la razón, lo que provocó que al ejecutar las sentencias hubiese que evaluar de nuevo, cuatro años más tarde y después de haberse celebrado un segundo concurso. Todo ello, claro, gracias a la incapacidad de la Dirección General de la Función Pública para llegar a un acuerdo con los recurrentes y la presión del magistrado, lógica por otro lado, tras el requerimiento de los interesados en las ejecuciones. Después de una nueva evaluación de acatamiento de las sentencias, se publicó un listado provisional que se sacó a información de los interesados, que fueron sorprendidos con cientos de variaciones en sus puestos de trabajo. Caos sobre el caos.