Una conspiración mundial

La teoría de Antonio Marrero merece ser sometida al sesudo estudio de expertos en diversas disciplinas, desde psiquiatras hasta artificieros, incluyendo espías, titiriteros y agentes de cambio y bolsa. A su juicio, el mentado Eduardo González, quien en su día propició un cambio en La Caja que dio lugar a la sustitución de Ángel Luis Sánchez Bolaños por el propio Marrero, es el muñidor de una tremenda conspiración en la que están él, el PSOE, el PP, los trabajadores, los sindicatos y, si no lo llegan a cortar, hasta el Banco Mundial. Claro que el presidente dejó fuera a CC, a los impositores y a Antonio Poveda, justo los que le apoyaron la propuesta de subir el sueldo al director general. Además, nos metió a nosotros en la conspiración, claro, porque ya se sabe que no hay contubernio sin prensa. Por cierto, acusó Marrero a González de ser nuestro informante. Él sabrá que pruebas tiene, y ya sabrá el acusado cómo defenderse.