Algunos corren con suerte

No queremos insinuar, ni por asomo, que la Administración de Justicia española sea parcial y demasiado condicionada por el poder del PP. No. Lo que les vamos a tratar de explicar, sin ánimo de caer en el desacato, es la suerte de la que gozan los cargos públicos de ese partido cuando de ciertos periodos muy señalados del año se trata. Por ejemplo, en vacaciones. Pasará a los anales de la historia judicial canaria aquella resolución de la Sala de Vacaciones que libró a Soria de tremendo marrón en relación con el caso Jinámar. El ejemplo más reciente lo podemos encontrar, sin embargo, en el expediente en el que anda metido el ex concejal de Urbanismo de Santa Brígida Carlos Sánchez, actual consejero de la misma cosa en el Cabildo de Gran Canaria, al que han citado a declarar el 16 de marzo, dos días después de la consulta electoral. Junto a él, para aclarar la construcción de seis chalets adosados en el barrio de La Atalaya, deberá declarar también el arquitecto municipal José María Lupiola. Otros políticos relacionados con otros casos, como el socialista Carmelo Padrón, tras más de una década de ir y venir por los juzgados, especialmente en etapas electorales, no han corrido con igual suerte. Para estas elecciones se fijó juicio por el caso Guillén para unas semanas antes, y por la enfermedad de un imputado fue aplazada la vista. Pero seguro que todas son casualidades.