Más dinamismo comercial

Ni tanto ni tan calvo, habría que exclamar. El Cabildo grancanario se ha tomado tan en serio el majo y limpio en el conchabo que significó el convenio de potenciación y dinamización comercial, que al nuevo, firmado hace un par de semanas, no le ha dado oxígeno ni para empezar. La nueva etapa, que tenía muy ilusionado a Ezequiel Ramírez, tenía que arrancar este martes y, en estos momentos todavía no hay contratado un solo dinamizador, después de haber despedido a todos los anteriores a final del mes pasado. Los que más mosqueados están con la nueva situación son los dinamizadores que se entregaron en cuerpo y alma al gasto de suela para obtener votos para Suárez Gil, en su triunfal carrera a la presidencia de la Cámara de Comercio, lo que ha constituido uno de los pucherazos más impunes de la historia de la democracia en Canarias (Adán, Adán). No comprenden que ahora los que les hicieron las promesas de amor eterno se escondan y no les respondan a la famosa pregunta: “¿y de lo mío, qué?”. La cosa está bastante jeringada, debemos comentarles, porque no sólo se ha perdido el control total de esa situación, sino que hasta puede que a la vía electoral plateada le caigan en estos días algunas reclamaciones dinerarias de alguna asociación de empresarios de la zona de Santa Catalina. La caja está tiesa, nos aseguran, que la campaña fue barata, pero no regalada.