Un escenario distinto al de 2010

El resultado del concurso es conocido por todos nuestros lectores: de las 155 frecuencias, más de un tercio recayó solamente en tres manos; cadenas como la Ser u Onda Cero no obtuvieron ni una sola frecuencia, y personajes tan indomables como el dueño de El Día, José Rodríguez Ramírez, merecedor a su juicio de ganarlo todo con el esfuerzo que él considere oportuno, convirtieron su fracaso en ofensa, y la ofensa en guerra descarnada y abierta contra Paulino Rivero y contra algunos de los adjudicatarios, a los que directamente culpa de haberle arrebatado sus derechos dinásticos. La polémica se ha recrudecido recientemente con ocasión de la adjudicación definitiva del concurso, un trámite puramente administrativo que remata la primera decisión, tomada en junio del año pasado. Un reciente Consejo de Gobierno de Canarias, del que se ausentaron los consejeros del PSOE para hacer patente que no participaron en ese concurso, que en su día criticaron, ha puesto punto final a esa tramitación y ha dado el pistoletazo de salida para el último salvase quien pueda. Tanto tiempo después de aquella convocatoria de 2010, el escenario ha cambiado notablemente. El PP ya no comparte gobierno con Paulino Rivero, que está políticamente solo en la defensa de un concurso que no ha hecho otra cosa que generarle disgustos. La depresión económica impide a muchas de las empresas adjudicatarias poder cumplir mínimamente con los compromisos que les llevaron a obtener frecuencias, y los no adjudicatarios se preparan para una dura batalla judicial con escasas posibilidades, salvo complicaciones.