72.000 espectadores con Paulino

Por ganar, la Televisión Canaria derrotó a Televisión Española hasta con el discurso grabado de Paulino Rivero, que logró un 17% de cuota de pantalla, con una media de 72.000 telespectadores. Si tenemos en cuenta que el máximo al que llegó la tele pública estatal fue a 39.000 almas viéndola en el momento álgido de las campanadas, la tupida se convierte en humillante. Porque la tele del tío Willy batió todos los registros desde que inició su programación especial: tras Rivero, el especial de En Clave de Ja alcanzó un 26,2%, con 107.000 espectadores, y ya tras las campanadas, el llamado Pepe and Friends, se alzó con un 40,9% de share, que equivalen a 181.000 telespectadores. Hasta aquí las cifras, medidas como se miden por igual para todas las cadenas, y por lo tanto, escasamente discutibles. Otra cosa son los gustos y elecciones que cada uno pueda defender. Ninguna cadena (salvo muy honrosas y minoritarias excepciones) puede presumir de haber ofrecido programas la Nochevieja que puedan presentarse a un premio de originalidad ni de buen gusto. Más bien se puede asegurar que predominó la caspa hispana e isleña tradicional, con escasos respiros para coger aliento ante la sucesión interminable de zafiedades y lugares comunes, agravado todo ello por la evidente reducción de presupuestos que permitió que artistas que ya no se contratan ni en las verbenas de los barrios lucieran palmito y tuvieran al menos su oportunidad. Se hace cada vez más urgente revisar el qué, el cómo y el cuánto de unas televisiones públicas obligadas a tener audiencia, no hay duda, pero más obligadas a meter entre col y col alguna cosita de más calidad que no produzca bochorno. Y se hace imprescindible rogar a Soria y a la muchachada del PP que haga números, porque de tener que cerrar alguna televisión pública en Canarias (que no debería cerrar ninguna) desde luego la Canaria no es la más merecedora.