La factura del Cipriani, a nombre de Promotur

Las crónicas sobre el restaurante Cipriani nunca habían llegado a posiciones tan frikis. Desde que ese restaurante londinense se inaugurara en la primavera de 2004 por la familia Cipriani, propietaria del mítico Harry's Bar, ha habido todo tipo de anécdotas con los clientes, desde un fatídico error en los apellidos de una reserva, hasta la comprensible calentura de algún comensal harto de esperar más de una hora para encontrar acomodo en una mesa. Pero nadie recuerda en el Cipriani que un político (ejem) padeciera tanto por una factura de unas míseras 1.818 libras esterlinas. Cada vez que alguien telefonea al restaurante para preguntar por esa factura y los incidentes que rodearon esa cena del 8 de noviembre, se forma un revuelo. Todos recuerdan cómo una voz femenina, que se identificó como representante del Gobierno de Canarias, reclamaba una información imposible.