Dos fiscales, dos, en Góndola

Automatismos Panasco. ¿Alguna duda sobre la diligencia de la Fiscalía Provincial de Las Palmas en el caso Góndola? Pues toma dos fiscales. Casi instantáneo. Ésa ha sido la respuesta del jefe de ese departamento, Guillermo García-Panasco, a las informaciones de CANARIAS AHORA de la semana pasada sobre los retrasos que sufre la instrucción de ese sumario de presunta corrupción política y empresarial que tiene como más rutilantes protagonistas al alcalde de Mogán, Francisco González, del PP, y al empresario Santiago Santana Cazorla, patrono de cabecera del mismo partido. La Inspección Fiscal descartó ?cómo no- cualquier responsabilidad atribuible al fiscal Jorge Pobre ?ya trasladado a petición propia a Jerez de la Frontera, ole-, y la descargó toda sobre la insoportable interinidad de jueces en el juzgado instructor, el 6 de San Bartolomé de Tirajana, por el que han pasado una docena de titulares y sustitutos desde que se abrió el procedimiento, allá por 2006. Pero, si no era culpa de la Fiscalía, ¿a qué viene anunciar a través de Canarias7 que si no querías chocolate, para allá que van dos tazas? Bastaría con uno espabilado, proclamamos. Pero no, dos fiscales, dos, dice Panasco que se ocuparán de activar la causa, seguramente paralizada por la falta de acción de la única parte personada que debería tener verdadero interés en que se practiquen pruebas, se tome declaración a imputados y testigos, se sobresean las implicaciones que hayan podido ser excesivas y se conduzca a juicio a los que atesoren indicios suficientes de haber vulnerado el ordenamiento jurídico. Porque hay datos que llaman cuanto menos a la reflexión: de los tres grandes casos de corrupción del Partido Popular en Gran Canaria (Eolo, Faycán y Góndola) éste es el único que no ha sido gestionado por la Fiscalía Anticorrupción y el único, vaya por dios, que no ha concluido ni por asomo la instrucción. Porque Eolo y Faycan acabaron en 2009, por mucho que todavía sigan pendientes de juicio por esas cosas tan extrañas que tiene la justicia y que algunos llamamos burros volando.