Una fundación inviable

No vamos a negarle a Álvaro Pérez sus buenas intenciones al crear esa fundación, pero quizás haya que respaldar los argumentos expuestos en los informes técnicos de la Consejería de Economía y Hacienda en los que se le reprocha haber puesto en marcha esa iniciativa sin encomendarse a los reglamentarios mecanismos que rigen en la Administración pública. Hacienda le ha dicho al director general de Deportes que primero hay que justificar el invento, luego, dotarlo de las correspondientes consignaciones presupuestarias, a continuación, motivar su viabilidad suficientemente, y , tras obtener la oportuna autorización, proceder a los fastos de su presentación, su web, la contratación de personal y la adquisición de los compromisos económicos y sociales a los que hubiera lugar. Nada de eso parece haber hecho el señor Pérez, lo que le ha obligado incluso a desactivar la web que tenía en marcha en Internet.