Los 45 grados de Krabcha

Ya que andamos hoy algo concentrados en las inmediaciones del Cabildo de Gran Canaria, traemos a colación a su nunca bien ponderado consejero de Juventud, Rafael Krabcha, un portento de gestor político por lo que dicen quienes le tratan con frecuencia. Su penúltima gran aportación al funcionamiento efectivo de la Administración insular fueron esas geniales oficinas que plantó en lo que antes era la Biblioteca Pública Insular, en la plaza de la Constitución, la del obelisco. Muy mona le quedó, es cierto, con esos colores calabaza (butano, que dicen) coincidentes con los colores corporativos que implantó el PP cuando creyó que volvería a ganar. Pues bien, hasta las calabazas se derriten en ese centro porque los funcionarios han tenido que soportar este verano temperaturas de hasta 45 grados. No es que se haya estropeado el aire acondicionado, no, es que sencillamente se olvidaron de instalarlo.