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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

La infamia, cortada de raíz

La denuncia de Luis Hernández era tan alambicada que la juez la acaba de archivar sencillamente por increíble, y suponemos que apercibiendo al denunciante de que el fraude procesal le puede acarrear algún problema. Sin embargo, Hernández dice que él no ha denunciado a Espino, o al menos eso le dijo un día que se lo encontró en un conocido restaurante de Las Palmas de Gran Canaria. Primero se presentó y luego le aseguró que él no había denunciado nada, lo que sitúa el mochuelo en manos del empresario que fue juzgado por apropiarse dinero supuestamente de Luis Hernández con la excusa de que las perritas las destinó a sobornar políticos. ¿Y a qué político? Pues al primero que pasaba por allí, al primero que denunció la corrupción urbanística de Lanzarote, el primero y el único, al que había que desprestigiar acusándole precisamente de lo mismo que él había denunciado, y justo en el momento en que acababa de denunciarlo y con las primeras detenciones de la Operación Unión. La juez, en este caso, ha actuado cortando da raíz la infamia.

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