Sin informes en contra

Bueno, lo prometido es deuda. Les seguimos contando cómo fueron aquellas operaciones de La Caja para invertir en los sectores estratégicos canarios. Las de compra de acciones en el Grupo Lopesan se realizaron sin informes en contra de los miembros del comité de dirección de la entidad. Al menos no consta ninguno por escrito, si bien es cierto que en aquella época de terror era imposible poner según qué cosas negro sobre blanco. Hubo muchos que terminaron en la sala de interrogatorios jurando por lo más sagrado no volver a dudar de la infalibilidad de la cuarta planta de Triana 103. Bien es cierto que la mitad de ese comité no se enteraba -ni falta que le hacía- de las cosas que el entonces director general, Juan Francisco García, llevaba al consejo. Un órgano, por cierto, que no se enteraba de lo que votaba porque en la mayoría de los casos, ni se entendía lo que le exponían. Alguien, sin embargo, tendrá que explicar por qué en la famosa querella entró la operación con el Grupo Dunas y no las del Grupo Lopesan.