¿Qué pasa en La Caja?

Ya lo estamos indagando para ofrecérselo a todos ustedes, pero por lo que nos cuentan, en la Caja Insular de Ahorros han vuelto los tiempos de las cavernas, de los jefes despóticos, de los malos modales, de las persecuciones y de los miedos. Era un espejismo que lo del enchufe al amigo se había sustituido por la exigencia de la máxima profesionalidad; o que la visión de futuro y la modernidad habían dejado a un lado el tributo al poder fáctico y la prebenda. Un grupito de jóvenes enchufados, presididos por los que tratan de perpetuarse un par de añitos más, a ver qué pasa, se han tomado muy a pecho eso de llevar traje de marca y gomina y, al descubrir el confort de las moquetas, se han dislocado. Ya sabemos de dos empresarios que han puesto el grito en el cielo y han reunido a sus trabajadores para que empiece el baile. Y sabemos de un enanito de los bosques sacado de su ruinosa empresa de certificados de calidad, al que irresponsablemente pusieron al frente de un departamento por ser amigo de la Universidad, del que se va a caer con todo el equipo. Ya verán.