¿Qué pasa en el Sagrado Corazón?

Empieza un nuevo Gobierno y, en materia de Educación, unos nuevos responsables que a mayor abundamiento son de un partido distinto al que ha gestionado el área desde hace casi dos décadas. ¿Atrevimiento?, ¿valentía?, ¿insensatez? En cualquier caso, el PSOE ha asumido una responsabilidad enorme que habrá de comenzar por demostrar a la comunidad educativa canaria que existe la vía del diálogo y del entendimiento y que no todo se debe reducir a la contabilidad presupuestaria. Pero hay otros problemas distintos pero igualmente graves, como lo que ocurre con algunos colegios concertados que abusan de su posición y se conducen como el Sagrado Corazón de Tafira, tal y como hemos venido publicando estos días en CANARIAS AHORA. La propiedad del centro parece dar prioridad exclusiva al negocio, a la cuenta de resultados, sin reparar en que no todas las familias que utilizan un derecho costeado por los impuestos de todos están en condiciones de pagar los servicios que el colegio impone prácticamente como obligatorios. Las numerosas denuncias duermen en Educación el sueño de los justos, unas veces por desidia, otras por mal planteamiento de los denunciantes, y el resto por el potente equipo jurídico que la familia Coello tiene a su servicio. Los caprichos de la propiedad, enfocados únicamente al negocio, conducen incluso a espectáculos como el que cada día se produce en la carretera del centro a la hora de la entrada o salida de los alumnos. Sólo pueden entrar en la larga carretera que conduce hasta el centro los que pagan el servicio de transporte público; sólo pueden liberar materia de septiembre (de modo ilegal) los que pagan el cursillo de verano... Y al resto se le amarga la vida para que se cambie de colegio.