En perjuicio de la pluralidad y de los espectadores

La idea que tienen estos cerebros de la mamandurria es contratar a esas televisiones locales, reconvertidas a digitales terrestres, contenidos para Televisión Canaria. De este modo, empresas como El Día Televisión, de don Pepito; Canal 4, del señor Concepción, dueño de Islas Airways, o Mirame TV, de Manolo Artiles, compensarán sus pérdidas con contratos de producción televisiva pagados con cheques públicos. Es una clara transgresión al espíritu de la ley, que prohibe esa confluencia por atentar contra el principio de diversidad de la oferta audiovisual y se carga la poca industria que ha sobrevivido a estos años de Mamandurria TV, productoras sin ventana para emitir sus producciones independientes. Además, condiciona la línea editorial de esas televisiones, obligadas a pasar por el aro gubernamental si quieren sobrevivir, con lo que la pluralidad vuelve a sufrir otro golpe mortal. Un Gobierno, como vemos, al servicio de la gente. Y dos huevos duros.