Una pifia de acto de unidad

Mientras Soria coge resuello en Gran Canaria gracias a la Televisión Canaria, en Tenerife empiezan a notarse en el PP las secuelas del pacto con ATI, o más bien, del reparto de la tarta hecho de modo tan zafio con ATI, y que viene a significar que hay que entregarse en cuerpo y alma al que, teóricamente, disputa el mismo espacio electoral. Cristina Tavío, la presidenta insular, mantiene abierta la guerra contra el compañerito Ángel Llanos, que desde La Laguna y Santa Cruz trata de hacerse con ese puesto por indicación y aliento directos de Larry Álvarez. Nadie duda de que, pese a las divergencias cada vez más evidentes con Soria, Larry no actúa por su cuenta en el asunto tinerfeño, pero anima a Ángel Llanos porque, sencillamente, es más maleable que la niña Tavío, leal pero no sumisa (uy, qué mal suena eso en estos momentos dentro del PP, pero bueno). El acto de unidad convocado en forma de cena navideña el pasado día 1 no sirve todavía de exponente de cómo andan los ánimos en el PP tinerfeño.