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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

La que le prepara Coalición Canaria al PSOE en Granadilla

El alcalde de Granadilla de Abona, Jaime González Cejas.

Carlos Sosa

Nada es casual en las constantes arremetidas de Coalición Canaria al PSOE. Como ocurriera con el escándalo de Las Terestias, cuyos beneficiarios conocieron con antelación una sentencia del Supremo que los colocaba en posición de negocio, alguien debe manejar información judicial de primer nivel para saber que “en diez días” el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Granadilla de Abona dictará auto de apertura de juicio oral contra el alcalde de la localidad, Jaime González Cejas, y varios de sus colaboradores de ahora y de antes, todos ellos del PSOE, por diversos presuntos delitos relacionados con la corrupción urbanística. La cuestión no es baladí ni por supuesto casual porque ese plazo, esos diez días fantásticos de rebajas en la planta joven, son los que han manejado los estrategas de la moción de censura para poner nuevamente al PSOE contra las cuerdas con la complicidad nada disimulada de los dirigentes de CC, sector ATI-Tenerife.

La jugada es perfecta, de manual: los concejales de CC en Granadilla, apoyados por los del PP (mira tú qué casualidad) y por el de Ciudadanos (el que estuvo negociando lo mismo en mayo de 2015 en el despacho de Clavijo) meten una moción de censura contra el alcalde Jaime González Cejas. El PSOE reacciona con enorme indignación reclamando ostensiblemente a su socio regional que haga desistir a sus concejales granadilleros, so pena de que se rompa el pacto. Los mandarines de CC hacen como que se sorprenden, montan en cólera y proclaman urbi et orbi que la asonada les ha cogido por sorpresa, que ésta sí que no se la esperaban. Por lo tanto, ordenan a sus compañeros de Granadilla que depongan su actitud con la amenaza explícita de ser expulsados si no retiran la moción de censura en 24 horas. Pasan 24, pasan 48 y pasan 72 y la acción no es retirada. Nadie es expulsado.

Casualmente, durante ese plazo el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, principal ariete de ATI contra el pacto con el PSOE, saca sus tanques a la calle y toma posiciones: quizás sería bueno que el alcalde de Granadilla dimita, así se resolvería el conflicto, lanzaba este pasado sábado. Nadie lo desdice, nadie lo desautoriza.

Todo está medido. Carlos Alonso marcó la vereda que su partido ya estaba ejecutando: metamos la moción de censura, que el PSOE se cabree; hablamos con Pedro Sánchez (o en su defecto con César Luena, que nosotros no hablamos con los medianeros de aquí), le decimos que se va a abrir juicio oral contra el alcalde de Granadilla, que lo mejor es que lo sacrifiquen por corrupto y que, en vez de aupar a esa plaza al siguiente en la lista socialista, que se ocupe de la cosa el número uno de Coalición Canaria, José Domingo Regalado.

Los pasos siguientes están cantados: Ferraz telefoneará al alcalde de Granadilla, le dirá que lo mejor es que se mande a mudar para salvar el pacto (es uno de los hombres de Patricia Hernández, y eso tiene su precio). Si González Cejas desobedece, lo expulsarán en aplicación del código ético, lo que le convertirá automáticamente en tránsfuga dentro de la Corporación, y en consecuencia decaerá automáticamente la moción de censura. De esa manera, Coalición Canaria no tendrá que cumplir su amenaza, es decir, no expulsará a ninguno de sus concejales, que quedarán plenamente habilitados para actuar en su nombre. Entonces se elegirá nuevo alcalde entre los concejales de la Corporación sin la presencia de González Cejas. Será en ese instante cuando salte la sorpresa: en lugar de ser elegido el siguiente en la lista del PSOE, aparecerán papeletas con más votos a favor del candidato de Coalición Canaria. Y todos tan contentos, oye, porque CC dirá que no se explica lo ocurrido, que no estaba en esas claves, pero que bien está lo que bien acaba. El PP dirá que esto es producto de la jaula de grillos en que se ha convertido el pacto entre socialistas y nacionalistas. El concejal de Ciudadanos proclamará al mundo que su partido hace alcalde a un nacionalista por el bien de la lucha contra la corrupción, mientras combate como un jabato los rumores que colocan su voto junto a la salvación económica de su empresa. Y el PSOE, una vez más, se la comerá con papas.

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