De la traquita a la incompatibilidad

Nos pareció simpático el reportaje de la casa de Roberto Góiriz, de cuyo edredón quedamos severamente prendados; y nos impactó la casa de Van de Walle, que le viene de familia, que para eso es noble y conserva una de las pinacotecas más importantes de Canarias. Pero llevamos un par de semanitas de infarto contemplando mansiones que han sido compradas y/o remodeladas a través de diferentes operaciones que cuando no han tenido a la traquita de por medio (piedra que se obtenía de la montaña de Tindaya antes de que cesaran los aprovechamientos mineros) o de la incompatibilidad de estar en misa y repicando, es decir, siendo servidor público y miembro de consejos de administración donde se decide pedir más y más a los servidores públicos. De ahí que, con todo el respeto del mundo, pidamos al famoseo político un poco más de recato. Aunque bien mirado nos encantaría ver la casa de Mauricio en Santa Brígida, ésa que dice que consiguió porque un amigo le vendió el solar barato y le construyó la casa como si fuera VPO.