Y a mí, ¿cuándo me van a detener?

Ya es duro lo que le está pasando a la ciudad de Telde con todo este trasiego de presuntos culpables, presuntos financiadores del PP, presuntos militantes y presuntos dimisionarios. Y es muy duro para los 25 imputados el calvario que les está tocando padecer y que amenaza con alargarse unos cuantos meses más. También está produciendo mucho desasosiego en determinados ambientes políticos y funcionariales el run-run que corre por las barras de los bares, por las peluquerías, por los despachos de abogados y por los gabinetes de investigadores privados según el cual va a haber más imputados y, probablemente, más detenidos. Es natural en este ambiente que los que no tienen la conciencia tranquila anden preguntando a quien pueden (y a quien no deben) por cuál va a ser su futuro. Un funcionario muy cualificado trae por la calle de la amargura a un agente de la Policía Local de Telde al que obliga a ir a los juzgados a preguntar cómo va lo suyo y cuándo lo van a detener. Se ha puesto de moda en Telde tener preparada la muda detrás de la puerta principal y esperar con paciencia la llegada de los chicos de la Brigada de Información.