Absueltos los acusados por el caso de la residencia Trinidad, en Las Palmas de Gran Canaria

Residencia de mayores La Trinidad. (GOOGLE VIEW)

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

El encargado y el director de la residencia de ancianos Trinidad de Las Palmas de Gran Canaria, ambos hermanos, han sido absueltos de los delitos contra la integridad moral que se les imputaba por supuestos malos tratos a sus residentes y de la acusación de haber abusado de una enferma.

El Juzgado de lo Penal número 1 de la ciudad considera que el testimonio prestado por la médico forense durante el juicio fue lo “suficientemente” concluyente para absolver a los dos procesados, Jesús y Álvaro Calahorro, a los que la Fiscalía acusaba de mantener en condiciones alimenticias e higiénicas “infrahumanas” a 18 internos y de abusar sexualmente de una de ellas.

En su sentencia, el magistrado expone que la médico forense señaló que no halló “indicadores suficientes para afirmar la falta de atención en ninguno de los pacientes” tras examinar sus historias clínicas y a los propios residentes.

Añade que la forense puso de manifiesto que ninguno de los médicos de las residencias adonde se trasladó a los ancianos, tras decretarse el 30 de junio de 2011 el cierre de Trinidad, apreció, o al menos así lo hizo constar, signo de maltrato alguno, sino solo un cierto desaliño, nada “flagrante” desde el punto de vista médico, que “no se puede atribuir médicamente a la falta de cuidados”.

Así mismo, argumenta que la perito fue concluyente al señalar que el hecho de que la falta de documentación en las historias clínicas de los pacientes, sobre todo a partir de 2009, no implica que no se llevaran controles médicos, sino que no constan.

El magistrado añade que las conclusiones de la forense fueron refrendadas por un facultativo del Servicio Canario de la Salud que trató a una residente en dos ocasiones, una de ellas en la residencia, y no apreció “nada anormal”, así como por otro médico de cabecera, que en abril de 2010 atendió a algunos ancianos de la residencia Trinidad y tampoco apreció anomalías.

En cuanto a la deficiente alimentación que se presuponía que daban a los ancianos los acusados, el magistrado refiere que los testimonios de los familiares y de los empleados que denunciaron el caso “no pueden ser más discrepantes”.

El juez detalla que una familiar que tuvo a su madre internada unos ochos años en esa residencia dijo que no había presenciado casos de desnutrición alguno en los cuatro días a la semana que acudía a visitarla, aunque al principio y al final de la estancia de su familiar la comida estuvo mejor.

Además, el magistrado alude a la declaración prestada por otro testigo que puso de manifiesto que la comida fue su única pega sobre el funcionamiento de la residencia, pero “no reflejó en ningún caso situaciones tan extremas como las expuestas por los empleados en el sentido que servían fritangas o que utilizaban servilletas para espesar los potajes”.

El juez expone las mismas consideraciones discrepantes en cuando a lo declarado sobre la higiene de los residentes.

Por ello, concluye que de lo expuesto por los familiares se desprende que, en general, estaban satisfechos con la asistencia prestada y que el trato a los residentes, así como su higiene, era la correcta.

Además, por lo que sabían los familiares se les dispensaba el tratamiento médico prescrito y en ningún momento se apreció actuación irregular alguna con respecto a los ancianos, así como signo de desnutrición o maltrato,

La sentencia destaca, al respecto, que la mayoría de esos familiares visitaban la residencia hasta tres y cuatro veces por semana.

En cuanto a la supuesta administración de medicamentos diferente a lo pautado por los médicos y a instancia de los acusados, el magistrado considera que los testimonios prestados por los empleados en ese sentido no son coincidentes ni se vieron reflejados en una prueba documental.

A su juicio, tampoco se ha demostrado la falta de material de enfermería para la práctica de pruebas del azúcar y negligencia en su uso, como se denunció.

Sobre el delito de abuso sexual de una de las residentes, el juez argumenta que no se ha practicado prueba de cargo suficiente.

El supuesto maltrato a los ancianos fue denunciado en 2011 en el programa “Diario de...”, de Telecinco, dirigido por Mercedes Milá, que emitió un reportaje de la residencia.

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