Un 'Cordobacito' chiquitito

El jugador croata de Las Palmas, Marko Livaja, sentado en el cesped tras perder contra el Sevilla. EFE /JOSÉ MANUEL VIDAL

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

A nadie le amarga un dulce. Y menos ser líder de Primera División cuando no figura en el guión. A Las Palmas le ha dado un arrebato y ha decidido codearse arriba con las multinacionales del balón redondo, aquel misterio de Ángel Cappa. Aunque no sea su destino en la Liga ni lo que su afición y las casas de apuestas esperan de ella.

Pero a los amarillos les va la marcha. Estupendo. Se plantan en el Sánchez Pizjuán al frente de la tabla y miran a la cara al Champions Sevilla con ganas de más. Y qué ganas. Y qué más. Lo tuvo la UD durante 88 minutos, espléndida e incisiva en 45 de la primera, consistente y aplicada tras el descanso cuando Vitolo salió al rescate…

 Así que no es de extrañar la frustración al ver cómo volaba una victoria de postín, ¡de ser líder con el Madrid! La sensación térmica alcanzó categoría de Cordobacito chiquitito, con la cara de bobo que se le queda a uno al perder todo en solo cuatro minutos fatídicos, por un penalti que no era y un córner rematado fuera de tiempo.

Fueron unos segundos. La boca abierta mientras aún se relamía la herida del 1-1 que se sacó Vitolo de la manga con un piscinazo en el área que encima mandó a la ducha a Bigas con tarjeta roja. Se acababa el partido, desconcierto generalizado en las filas de la UD (uhhmmm, ¡suéltame pasado!), que había resistido inconmensurable el arreón de su paisano… y ¡zas! El golpe de gracia. El 2-1 que sube al marcador en la última jugada ante la desesperación amarilla.

Un Cordobacito chiquitito en toda regla. Pero por eso mismo, porque fueron unos segundos de sensaciones ya olvidadas, de cómo se helaba el aliento porque el ascenso se iba al garete. ¡Ah, no! Que era el liderato... nada que ver con perder el tren de Primera en la última jugada. Aquello sí que fue un Cordobazo, el de la vergüenza de la invasión de campo y la reanudación del partido contra el Córdoba en el infausto play-off final de 2014. Todos sonados y gol…¡!

Algo parecido aunque en su medida relativa le ha pasado a la UD en Sevilla. No de otra manera se entiende que tanto Setién como sus jugadores cargaran contra el arbitraje. Pero lo cierto es que Las Palmas fue desbordada en la segunda parte por Vitolo y los cambios de piezas del Sevilla, con el debutante Nasri donde más daño puede hacer.

Duele perder así, bajarse de la nube de un talegazo con decisiones que han dado al rival dos goles con todo lo que evitó antes Javi Varas… pero sin ver que también las decisiones arbitrales perjudicaron al rival con el gol anulado por supuestamente –no lo parece- haber rebasado el balón la línea de meta en el centro de, otra vez, Vitolo. Objeto de las iras de aficionados amarillos en las redes sociales, por cierto.

Quizás sea esta la mejor lección que puede extraer la Unión Deportiva de su paso arrebatado por los calores del Pizjuán. Encantaba Las Palmas en la primera parte, con Tana haciendo del lesionado Jonathan Viera y abriendo el marcador con uno de los goles de la jornada (¡fuerte papa!) y el joven argentino Mateo García en lugar del ausente Boateng, y del suplente Momo… encantaba tanto que parecía un sueño.

Parecía, incluso, no echar de menos a su principal figura en este arranque histórico de campeonato, con el Sevilla contra las cuerdas por el manejo exquisito de Roque Mesa en el centro del campo, mostrando al respetable millones de razones de por qué Las Palmas no podía traspasarlo así como así…pudo lavarle la cara Las Palmas al Sevilla en su tiempo de esplendor, pero dejó que llegara el descanso y el terremoto del embajador turístico de Gran Canaria: Vitolo Machín.

Este domingo se verán las cosas de otra manera. ¿Será el Alavés el Leicester de La Liga española en vez de la UD? ¡! Exageraciones, haberlas, haylas. Y en el mundo del fútbol, hiperbólicas a tutiplén de lunes a lunes. Momentos para poner rumbo fijo a la meta marcada de los 42 puntos, también. La UD crece, eso sin duda, pero a veces, como ahora, es a costa de golpes bajos que invitan a no calentarse más de la cuenta. Y mirarse para sus adentros.

P.D.: o la raya está mal pintada en la tele o sigo viendo que Livaja cae fuera del área y no es penalti como reclama como ejemplo de dos varas de medir Quique Setién. A seguir remando, que viene el Málaga… y pronto el Madrid 

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