Carta con respuesta es un blog del escritor Rafael Reig. Dejad vuestros comentarios en este blog sobre vuestras preocupaciones políticas, sociales, económicas, teológicas o de cualquier índole, y él os responderá cada martes.
A los andaluces
Como afirma Gonzalo Cortizo, “las [elecciones] andaluzas son, en definitiva, un gran ensayo de lo que está por venir”.
Estoy de acuerdo, en el resto del país vemos estos comicios como un termómetro o al menos como meter un pie en la piscina para comprobar la temperatura del agua antes de saltar.
En ese sentido, Andalucía equivale a Grecia, porque todos estamos pendientes de lo que suceda en ambos lugares para recibir las siempre ambiguas señales que podría enviar hacia atrás un porvenir inmutable y opaco.
El telescopio Hubble intenta traernos una imagen del pasado, lo más cercana posible al momento en que todo empezó, ese big-bang provocado por el viento del espíritu sobre las aguas. ¿Qué imagen del porvenir creemos que puede mostrarnos el telescopio andaluz o el griego? Sin duda en ambos casos esperamos un paisaje después de la batalla.
En Andalucía, querríamos ver un esbozo del resultado del combate, como dice Enrique Gil Calvo, entre el populismo de la élite y el de la plebe; o en otras palabras, entre Podemos y el PP.
¿Quién se ganará el derecho a decir que habla en nombre de la gente, del pueblo, del español de a pie, de los ciudadanos? ¿Esperanza Aguirre o Pablo Iglesias? Gil Calvo compara este enfrentamiento al de Mario y Sila, los adversarios de la primera guerra civil romana, aunque prefiere no desvelar que al final resultó victorioso el populismo de la élite, Sila se convirtió en dictador y la puerta quedó abierta para la transformación de la República en un Imperio. ¿Qué habría pasado de haber vencido Mario? Sobran los ejemplos de lo que sucede cuando un movimiento populista de la plebe conquista el poder.
Sea como fuere, ante tan sombría alternativa, que merece ser rechazada sin contemplaciones, se haría patente en cualquier caso, gane quien gane, la derrota de la razón frente a la retórica sentimental. Para usar el lenguaje de Gil Calvo, lo más triste es resignarse a elegir entre el populismo de la plebe o el de la élite, porque significa el abandono de la persuasión mediante el Logos (el argumento racional), a favor de la adhesión irracional mediante el Ethos (la identificación, el ser uno de los nuestros o alguien diferente) y el Pathos (la sintonía emocional).
Por eso a mí lo que más me interesa divisar es el alcance de la derrota de la razón a manos del populismo. En otras palabras, quiero saber si IU conseguirá detener la hemorragia y mantenerse en pie.
En cuanto a Atenas, es otra historia; baste decir por ahora que, a mi edad, no creo mucho en la improbable victoria de David contra Goliat, pero me reconfortaría que al menos David aceptara la derrota sin desmentirse a sí mismo.
Los experimentos, sin embargo, con gaseosa. Ni Grecia ni Andalucía son gaseosas, ni La Casera ni La Revoltosa, así que mi pregunta para los andaluces es: ¿van a votar para resolver sus propios problemas o emitirán un voto oracular para dar respuesta a tanta sed de augurios gaseosos? ¿Van a hacer un ensayo general o van a entrar en acción?
A mí me parece que la mejor manera de dar forma al porvenir no es hacerlo visible mediante conjuros, sino hacerlo posible transformando el presente, tanto en Atenas como en Sevilla, donde ojalá no se renuncia al uso de la razón en favor del sentimiento o la emoción (plebeya o elitista, eso da igual).
