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Josep Maria Bachs cierra 'la paradeta'

Josep Maria Bachs. /BTV

Siscu Baiges

Ponerme enfermo cuando era un adolescente tenía una ventaja: que podía quedarme en la cama y escuchar el “Quisicosas” que presentaba Josep Maria Bachs en Radio Juventud. Era, para mí, un mito, como lo deben ser Lady Gaga o Manel, para los adolescentes actuales. Él y sus compañeros de aventuras en 'El Mil por Mil', 'El sacapuntas' o 'El clan de la una', Josep Maria Pallardó, Jordi Estadella, Rafael Turia o Joan Comellas. En pleno franquismo, era una radio fresca, agradable, simpática, divertida.

Por eso, cuando hace unos veinte años me propusieron incorporarme al programa que presentaría Josep Maria Bachs en Radio Quatre, en colaboración con una Com Radio que nacía en aquellos momentos, me picó la curiosidad. ¡Conocería uno de mis ídolos!

El programa se llamó 'Tres de Bachs', en relación a las tres horas que ocupaba en la franja matinal de la programación y el nombre de su presentador. Enseguida descubrí que Josep Maria Bachs no tenía ningún afán de protagonismo. Pero su nombre era un gancho para la audiencia, vinculado como estaba a programas de televisión como 'Un, dos, tres, ... responda otra vez', 'Tres i l’astròleg' o 'Filiprim'.

Fueron dos años de trabajo relajado. No he trabajado con ningún presentador más tranquilo que él. Algún compañero del equipo se ponía de los nervios ante su parsimonia, que yo compartía. Recuerdo un día que se produjo una noticia de esas que hacen parar todas las programaciones y Bachs y yo seguimos pendientes de la bruja que nos contaba sus peripecias o del invitado que nos hablaba de lo que estaba previsto en la escaleta del día mientras el resto del equipo se desesperaba. “Ya lo tratarán en los informativos” dentro de media hora, coincidíamos él y yo, demostrando seguramente nuestra insensatez profesional.

Pero Bachs era así. Nada parecía sacarlo de quicio. Quizás era la costumbre de sus primeros años de trabajo en la radio cuando enviaban los guiones a censura. “Dígale al señor Bachs que no se salga del guión”, le decía el funcionario ministerial a la trabajadora que se encargaba de llevar los textos arriba y abajo. Entonces no sé, pero cuando trabajábamos juntos, sólo se apartaba del guión cuando hablaba de temas que dominaba o le gustaban, especialmente los de terapias alternativas o de autoayuda. Llegaba, poco antes de comenzar el programa, sacaba una pluma del bolsillo e iba bajándola por el papel a medida que iba haciendo las preguntas.

'Tres de Bachs' se acabó. Dejamos de relacionarnos. Creo que la última vez que lo vi fue en el acto de homenaje a Jordi Estadella que se hizo en el Colegio de Periodistas de Cataluña, la primavera de 2011. Estadella cerró la parada tres años y medio antes que Bachs.

Gracias a los dos por los buenos momentos vividos que no podré compensaros.

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