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Llevar la misma pólvora que contiene un petardo puede costar cuatro años y seis meses de prisión

El juicio tendrá lugar en la Audiencia Provincial de Barcelona

Xavier Puig i Sedano

Dos jóvenes se enfrentan a cuatro años y seis meses de prisión por llevar encima 2,5 gramos mezcla de azúcar y clorato sódico en un recipiente de plástico. Esta mezcla, considerada como material explosivo, es la que llevaba encima uno de los dos chicos a los que detuvieron los Mossos d'Esquadra el 25 de abril de 2013 al considerar que su actitud era sospechosa, porque se iban fijando en varios cajeros de entidades bancarias.

La mezcla -que equivale a la cantidad de pólvora que llevan algunos petardos comerciales (estos pueden contener hasta 3 gramos)- les llevará este lunes a un juicio en que la Fiscalía les acusa de tenencia de explosivos. “Entendemos que estamos ante un caso surrealista en que dos personas se enfrentan a prisión por tener una mezcla explosiva con un potencial lesivo inexistente”, expone el abogado de la defensa Andrés García Berrio.

Más allá de esto, uno de los acusados asegura en su declaración que el bote que contenía la mezcla se lo había dado su tío durante una cena de Navidad porque “habían estado haciendo experimentos”. La misma declaración añade que cuando los Mossos les detuvieron les dijeron que “tenían el perfil de unas personas que habían robado un móvil”.

Según la versión policial, mientras paseaban por el Eixample de Barcelona los dos jóvenes habrían entrando en las sedes bancarias que encontraban a su paso y “mientras uno simulaba realizar una operación, el otro observaba con detalle las partes superiores del cajero y la fachada”. En otro punto de la minuta policial exponen que allí “es donde normalmente se encuentran situadas las cámaras de seguridad”.

En el mismo documento, donde los policías especifican que uno de los jóvenes llevaba una camiseta en la que había escrito “Antifascista”, se advierte que, aparte del bote con la mezcla explosiva, llevaban un mapa con el recorrido que hacían. Según la versión de los agentes, este coincidía con el recorrido de la manifestación que se tenía que celebrar días después con motivo del 1 de Mayo.

Según García Berrio, que espera que el caso acabe en absolución, los jóvenes no reconocen que el mapa fuera suyo y añade que se trata de una “suma de despropósitos que desde el punto de vista judicial no pueden justificar un peligro abstracto”. El abogado también cree que se trata de un nuevo ejemplo “de expansión del derecho penal para amedrentar a aquellas personas que se manifiestan”.

El juicio se celebrará este lunes a las diez de la mañana en la Audiencia Provincial de Barcelona.

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