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Miles de personas se manifiestan en Barcelona en defensa del Ebro

Manifestación en Barcelona en defensa del Ebro

Caralp Mariné

La defensa del Ebro no es sólo cosa de un territorio, es una lucha de país. Así lo han demostrado este domingo miles de personas que se han manifestado en Barcelona para mostrar su rechazo al Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro aprobado por el gobierno del PP. “La defensa del Ebro no es sólo la lucha de un territorio sino una lucha compartida de todos los catalanes”, expresó uno de los portavoces de la Plataforma para la Defensa del Ebro (PDE).

La marcha ha comenzado en la plaza Universitat, donde miles de personas con camisetas de color azul se han concentrado desde un poco antes de las 12h de la mañana. Luego, como si de una riada se tratara, han caminado por la calle de Pelai hasta plaza Catalunya y han seguido hasta la plaza Urquinaona para bajar por la Via Laietana y llegar a la plaza de la Catedral donde finalizaba esta manifestación. “El Ebro sin caudal es la muerte del Delta”, rezaban algunas pancartas.

Aunque no tan multitudinaria como la que se celebró el pasado mes de febrero en Amposta -con 50.000 participantes-, la afluencia de manifestantes ha sido notoria. Con gritos de “el río es vida, no al trasvase” más de 60 organizaciones, sindicatos y partidos políticos han apoyado esta movilización. Uno de los portavoces de la PDE se mostró contento ante los medios de comunicación por la gran participación y ha recordado que el caudal del río es muy importante para el desarrollo económico.

Se han podido ver algunos representantes políticos apoyando la movilización, como la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull o las diputadas de la CUP Anna Gabriel y Eulàlia Reguant. Además también había el eurodiputado de ICV, Ernest Urtasun y los candidatos al Congreso español, Xavier Domènech, Francesc Homs y Gabriel Rufián.

“Un plan que no defienda los caudales ecológicos del Ebro no es un buen plan para nuestro país”, dijo la presidenta del Parlament catalán. Por su parte la alcaldesa de Barcelona ha recordado la importancia de defender los bienes comunes, como es el agua -un derecho fundamental-, el delta y su ecosistema. “Para defender el territorio, evidentemente, la capital debía estar junto a las tierras del Ebro”, ha dicho. “Es un mal plan hidrológico y debemos ser capaces de combatirlo en la calle y en las instituciones europeas especialmente”, ha remarcado por su parte Josep Rull.

Las esperanzas ahora están vertidas en Bruselas. “Hay poca implicación política por el tema”, dijo uno de los portavoces de la Unió de Pagesos -uno de los sindicatos más activos en la defensa del Ebro-. Aunque ha agradecido el posicionamiento de los representantes políticos asegura que sólo queda la esperanza de que la Unión Europea revoque el plan del gobierno español.

Con esta marcha los activistas quieren demostrar en Europa, a quien presentarán una queja contra el plan este mes de junio, su rechazo con el plan aprobado a principios de este año por el gobierno del PP. El Ejecutivo español ha fijado el caudal mínimo para el tramo final del río en 3.000 hectómetros cúbicos, cuando la Generalitat, las comunidades de regantes y la PDE habían pactado un caudal mínimo de entre 5.871 hm3, en años de sequía, y 9.907 hm3. Ahora la PDE pero tiene las esperanzas puestas en Bruselas.

La Comisión Europa ya ha llamado varias veces la atención a España por su política de agua. Sobre el Ebro la institución europea advirtió de que más tomas implicaría poner en peligro los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua europea. Dicha directiva no fija ningún caudal concreto, pero insta a que se conserven los caudales necesarios para que los ecosistemas no se deterioren. La PDE recuerda que con el caudal fijado por el tramo final del Ebro puede que el río y todo su ecosistema se vean deteriorados.

Si finalmente el plan del Ejecutivo se lleva adelante podría tener consecuencias también no sólo para la supervivencia del río por la falta de sedimentos sino que se vería afectado el ecosistema natural, el social e incluso los trabajadores de la zona.

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